Somos ecos

Tuve la oportunidad de ver la película Somos Ecos del amigo Julián Díaz Velosa, amigo pues además de dirigir películas está al frente del Festival Villa del Cine que se realiza hace nueve años en Villa de Leyva Boyacá. Esta película estrenada en cines, y que pasó por algunos festivales, ganó en Bogocine en el 2022 fue una de las que sufrió por la pandemia, justo empezaba su fase de distribución por estas fechas y también sufrió por la desidia por la entidad que en Colombia se encarga de la promoción del cine colombiano, Proimágenes Colombia, que más puede decir cuando en su web esta es la información que ponen de la película

https://www.proimagenescolombia.com/secciones/cine_colombiano/peliculas_colombianas/pelicula_plantilla.php?id_pelicula=2755

No se puede decir más, o sí, que no es un asunto de falta de plata para hacerlo, tienen los recursos suficientes, contratan la labor, pero no se hace.

Pero mejor hablo de la película, que me pareció muy bien producida, ajustada a la realidad, una película realista, sobre un tema que poco se ha trabajado en el cine colombiano y es el reclutamiento forzado. Bueno, tengo que decir que Madre de Simón Mesa también trata de esto, pero desde la perspectiva de la mamá del chico reclutado forzadamente. En este caso Somos Ecos tiene la perspectiva de los muchachos, soldados y guerrilleros a la fuerza, movidos por hilos políticos, económicos, ideológicos que no preguntan sino que imponen la lógica cruel de la guerra y la violencia, matando el espíritu de las personas a su paso, matando también la vida, destrozando cuerpos, llevándolos al cadalso de la sinrazón.

Somos Ecos entonces es una película muy colombiana, supongo que no fue tan fácil de entender en otras latitudes, nuestra realidad o talvez si. Puede ser que incluso en otras formas, la violencia, el deseo de poder, la reveldía se expresen en formas similares. Creo que en muchos lugares del mundo se vive la misma realidad, los jóvenes son empujados a la guerra, atraidos por la fuerza y el poder de las armas u obligados por el poder de la norma y de la patria.

El servicio militar obligatorio extendido por el planeta. El obligar a los más jóvenes a utilizar armas, a ponerse firmes frente a otro, a obedecer sin cuestionar. No entiendo, no tiene lógica alguna, que las armas del Estado, que deben estar al servicio de las mayorías, hablando desde las teorías liberales del Estado, del contrato social que pada por Hobes o por Russeau, se pongan en manos de soldados jóvenes, personas que apenas están construyendo un criterio. ¿Acaso se requiere una persona de débil criterio para mantener la fábula de la nación? El consenso, la república, la norma como mecanismo de igualar a los hombres, la justicia, la libertad, en fin, esas muchas palabras inventadas, simbólicas, que son como estandartes, encumbrados como valores supremos que debemos defender con los cuerpos de los más jóvenes e ingenuos.