Institucionalidad en cultura
El Cauca es habitado por una diversidad de pueblos ancestrales, campesinos, afrodescendientes, mestizos que se han trenzado en las últimas centurias. Cada pueblo además ha aprovechado la diversidad geográfica y climática que ha permitido que en el departamento pululen formas distintas de expresión cultural y artística. Sin embargo la institucionalidad en cultura y unido a ello los planes, programas y presupuestos no han sido los que el Cauca requiere para potenciar esta diversidad cultural.
El Cauca ha resistido durante muchos años. Con el centralismo generado en la época independentista el departamento fue perdiendo el lugar predominante que hasta esos años tenía en el territorio nacional, a pesar este solapamiento, esta invisibilización ha permitido que los diversos pueblos hayan podido, a través de procesos de resistencia, fortalecer sus propias formas culturales fruto de sincretismos, mezclas, conocimientos y experiencias.
Pero además esta diversidad cultural influye y potencia la creación artística y en eso, el departamento tiene un sinnúmero de exponentes en las artes escénicas, las artes visuales, la música en todas sus formas, las letras y hasta el audiovisual. Además las universidades, la del Cauca fundamental bastión, pero también el resto y más contemporáneos centros de educación superior aportan a este proceso de formación del talento creativo.
Un departamento que posee 5 patrimonios de la humanidad: Reserva de la biosfera en el macizo colombiano, los cantos y la música de marimba del pacífico sur, los desfiles procesionales de Semana Santa, el patrimonio arqueológico de Tierradentro y Popayán como ciudad creativa en gastronomía, requiere un aparato institucional y social que gestione adecuadamente este patrimonio.
En medio de esta realidad cultural del departamento, la institucionalidad en cultura es ínfima, que no va más allá de una oficina y de dos o tres funcionarios que dependen de la Secretaría de Educación departamental y que maneja unos recursos ínfimos también, de los cuales no puede disponer pues no manejan ni siquiera su propio centro de costo. El Gobierno debe servir para posibilitar una mejor vida a sus habitantes y el mundo actual nos pide que esa mejor vida no sea a costa de destruir e planeta. El cuidado de lo propio, del patrimonio, de la naturaleza, de la vida y la posibilidad de la cultura y el arte como la expresión de este buen vivir debería ser suficiente aliciente para constituir al interior de la Gobernación del Cauca una institucionalidad suficiente que propenda por la consecución de este objetivo.
La cultura puede ser el puntal para el desarrollo del departamento, un desarrollo que vaya más allá del crecimiento o el progreso económico, o de la construcción de infraestructura, sino un desarrollo con base en lo humano, el respeto por el ambiente y en el cuidado. Hay muchos discursos que ponen a la cultura como posibilidad de crecimiento económico, la sociedad del conocimiento, la industria naranja, el turismo cultural, formas extractivistas de entender la cultura, en el que se pone en el centro el signo pesos. Estos discursos, que están de moda, de verdad generan y potencian la economía en el corto y mediano plazo, pero en el largo plazo vacían de contenidos la identidad de los pueblos.
Son bien conocidos algunos casos en los cuales cuando un patrimonio es usado más allá de lo sostenible y adecuado, este patrimonio se vacía de sentido. Barcelona es el ejemplo más conocido, muchos de sus habitantes están hastiados de los turistas, pues en medio de su ir y venir desconocen y pierden la historia, la raíz profunda que han permitido el presente. En la cercanía podemos reconocer los procesos de apropiación cultural que se han generado con la práctica del Yagé, extraños a su cultura participan de su ceremonia sin entender su profundo sentido y termina haciendo superfluo una práctica cultural perteneciente a unos pueblos con sabiduría ancestral.
En conclusión, en el departamento del Cauca se requiere una institucionalidad en cultura, una secretaría que permita gestionar, administrar, reconocer, identificar, generar apropiación popular, en fin, cuidar el patrimonio cultural existente y posibilitar la creación artística con asiento en ella y en el cual el departamento, los caucanos ganemos algo más que billetes, sino que apropiemos un patrimonio, nos enriquezcamos con él, seamos mejores personas, cuidemos al otro y cuidamos nuestro mundo.